Colaboración de Cecilia Ricárdez López
Nadie va a jugar futbol con tacones, lleva su laptop para trabajar un informe en un concierto de rock o se pone a bailar duranguense en una misa de réquiem. ¿Por qué no?, porque para cada ocasión hay ciertas reglas que hay que respetar; esto no los inculcan desde niños. Entonces, por qué no pasa lo mismo con el tema de la apreciación del arte.
Así como nos dan pautas de convivencia para la escuela, en eventos sociales y hasta los ritos religiosos, deben instruirnos para disfrutar de las expresiones artísticas.
Esto lo traigo a cuento porque me he encontrado en los centros culturales con niños que no dejan de brincar en los asientos, correr de un lado a otro, decir en voz alta que se quieren ir… entre otras escenas; situación que los padres “controlan” dándoles unas papitas en pleno recital o dejando que jueguen con el celular, logrando una solución inmediata, pero no significativa.
Es trabajo fundamentalmente de los papás o tutores propiciar el contacto con el arte, porque en la medida que exista ese acercamiento habrá una sensibilización por el hecho artístico y, por ende, respeto.
Actualmente la mayoría de las muestras, obras y conciertos son gratuitos y no hay pretexto para que los niños no tengan la formación para gozar del arte.
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Reportera en construcción, tabasqueña, amante de mi familia, la música, el chocolate, la fotografía, Los Simpsons, las Redes Sociales Virtuales y el buen dormir
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